Cesta
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En el encuentro de la mirada con
los ojos
frente al espejo,
encontramos un rostro
con las huellas vivas de las heridas del tiempo
lo recorremos minuciosamente
en ese silencio del reconocimiento
como un paisaje ajeno
porque cuesta creer que es el nuestro
y lo contemplamos de paso, huyendo
nos alejamos casi siempre
sin atrevernos a pensar qué pensamos,
qué buscan los ojos
qué encuentra la mirada,
pero de verdad... qué pensamos
y no, no es fácil saberlo.