Viejo barco

17.03.2021

La mar, el sol, el tiempo

se llevó la pintura marinera de vivo color

y al aire quedó la madera

ya sin memoria de árbol

resignada, no, amando ser barco

y no hay rencor, nunca, bendice a la mar

que tantas luces le ha regalado

incluso ahora, al asomar ya el final

mantiene digno, a flote

sus bellas formas marineras:

la poderosa proa

que feliz abría las aguas, a la sutil eslora

la popa redonda

que generosa, al inmenso azul regaló

tantas espumas blancas,

de lo que va quedando atrás...

está la memoria hecha

pero los barcos tienen y tendrán siempre

más sueños que memorias.

© 2016 Álvaro Palacios. P° de la Castellana 79, Madrid, 28046
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