Cesta
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Entre las geografías domadas
por hierro, hormigón y piedra
que bordean el mar
-indómito horizonte azul-
en comunión de soledades
se asoma la luz creando un paisaje
un espacio único de pertenencia
una confluencia de emociones
y al respirar a bocanadas,
el aire fresco nos penetra
saboreando un aroma evocativo
que nos traslada a otros tiempos
al lejano ayer
que se siente a veces tan cerca,
atalayas, miradores, rincones...
lugares propios, personales
refugio de memorias
encuentro de geografías
salvajes, domadas, intemporales
suma de momentos imborrables
que realmente son
los que hacen viva a la vida.