Cesta
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A veces...
parece que la quietud del aire
invita a respirar bajito
como en susurro
porque de hacerlo fuerte
llenando al máximo los pulmones
desaparecería todo
perdiéndose la magia del instante
y uno se queda admirado y temeroso
sin atreverse a romper el encantamiento
hasta que un suspiro, leve y profundo
en imposible ensalmo
fuera capaz de liberarnos de los miedos
y de pronto...
al volver a respirar con normalidad
tenemos la sensación de emerger
desde lo más profundo de lo profundo.