Cesta
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Al dejar por la popa el Sol
nos adentramos en el mar y en la noche
cuando el viento se hace brisa
y en las aguas encalmadas, muere el oleaje
habrá luces en la costa
en el cielo estrellas lejanas
y el pequeño balanceo
se convierte en el leve susurro
que acuna, desde los costados
es una navegación tranquila
sobre el oscuro manto que emerge
de los impenetrables abismos
el barco, va dejando su estela
en esta húmeda costra negra
y las horas, van dejando la suya
de placer y de cansancio
en nuestros abrigados cuerpos.