Cesta
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La memoria de aquellos versos
que con tanta devoción y entusiasmo
Paco Ibáñez cantaba
y escuchábamos con fervor
creyendo en ellos
en silencio, saboreando las letras
la música, el ruido de la sala Olimpia...
se han convertido con el paso del tiempo
en una tierra lejana
que se siente cerca, muy cerca
al volver a escuchar esos poemas
con su voz firme, de sinceridad clara
y vivos, igual o más vivos que entonces
pero lo que un día tuvimos en la mano
creo que nunca se alcanza,
nadie cree en lobos buenos, príncipes malos
brujas hermosas, ni piratas honrados.