Cesta
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Hay un mirador esperándome
en la senda del mar
abierto a las luces, a los brillos
abierto a la inmensidad
donde encuentro silencio
y disfruto de soledad
de memorias dormidas
y del tiempo que, ahí
de tan quieto, parece no pasar
hay un mirador esperándome
en la senda del mar
donde abrir los ojos
es lo más parecido soñar.