Cesta
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Si no hay nadie
parece más libre la mirada
se posa en las cosas
tranquila, cómoda
y viajamos con ella
con el alma atrapada
por senderos intangibles
atravesando tiempos, emociones, distancias...
Si no hay nadie
somos valientes
para hacer lo que nos plazca,
al ser invisibles, pensamos
nadie juzgará nuestras miradas
pero son nuestros propios temores
los que aprisionan, los que hieren,
la mirada más cercana, sí
tiene que ser crítica
pero para construir esperanzas
(ese est percipi)
como afirmaba Berkeley