Cesta
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En algunos momentos
caemos abandonados, en un limbo
apoyados en la contemplación de algo
de la nada o de todo
instalados en un estado tranquilo
sin apenas, o ningún pensamiento
pleno de armonía, de paz y de sosiego
alejados, infinitamente lejos del mundo
de sus ruidos y silencios
y al regresar de nuevo, donde estamos
pesamos una tonelada menos...
parece que hubiéramos descargados lastres
que sin cesar y sin querer, se van acumulando
y echarlos por la borda así, cada cierto tiempo
ayudan a mantener en su registro
la línea vital de flotamiento.