Cesta
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En el silencio de las aguas
del espigón
eterno parece el tiempo
hilvanado, en irrompible hilo
por memorias nuevas y antiguas
que vuelven, y vuelven siempre
de donde nunca se han ido
piedra sobre piedra
mareas que suben y bajan
vientos en temporal y calma
barcos que arriban y zarpan
puntadas, que van tejiendo
un lienzo de luces y sombras
donde al contemplar, contemplamos
nuestra propia alma.