Cesta
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Mueren, a veces las palabras, se pierden
nunca en el silencio
es imposible, al tener el silencio memorias
memorias de ruidos y de voces
de tiempos, de gentes, de soledades...
en la quietud íntima que dejan las ausencias
que lo sostiene y ampara
las palabras, mueren por indiferencia
cuando, indecisas o valientes, toman el aire
y llegan dónde no las quiere nadie
a un silencio que se va llenando
y ahí, se convierten en ruidos apagados
en la quietud íntima de las ausencias
de lo que no fue, y por eso, no se olvida
en el silencio que sostiene y ampara
la indiferencia
quizá, la más dura de las respuestas
que encuentran las palabras.