Cesta
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A los barcos en Puerto Chico
les mecen los brillos
los ojos miran
las nubes flotan
la sal queda tatuada
en la piel del que pasea
y al soplar el nordeste
se siente en la boca,
las aguas son blandas
el espigón como la roca
el viento suave acaricia a los barcos
el duro los pone a prueba
no hay rumbo en la mar
que no tenga su deriva
ni paseo por tierra
que algo no se te ocurra...