Cesta
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A la hora de volver
al atardecer, cae el viento
el mar queda en calma
las sombras en el puerto
aún son luces que aguardan
hay silencio en el aire
que el ruido del motor
limpiamente atraviesa
hay silencio en la mirada
cargada de los brillos del agua
de los que nunca te cansas
hay silencio en el alma
al sentir próxima la bocana
y la maniobra de entrada
hay un silencio largo que aguarda
y que quedara custodiado en el barco
al hacer firmes las amarras.