Cesta
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La última tarde de invierno
ya no es invierno
aunque enormes nubes grises
arrojen mares desde el cielo
los días se han ido alargando
los sucios charcos que, durante meses
han convertido las calles en océanos
aparecen ahora, cargados de luz
como un alegre mosaico de brillos
y el aire, se nota distinto
es promesa viva de aromas nuevos
la última tarde de invierno
no, ya no es invierno
como un beso de despedida
tiene, nada o poco, de beso...