Cesta
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Hay un destierro, uno solo
inmenso como el mar
destino de peregrinos
de navegantes, tripulantes de soledad
recalan en mil lugares
de puerto en puerto, sin desembarcar
a veces, en la bocana vemos que llegan
o ya se van
y en altamar fondeados
en el encuentro de las dos líneas
de las dos inmensidades de azul
con el ancla echada, proa al viento
esperando para entrar
las almas que en el hierro viven, viajan, sueñan...
como el hierro, aprenden a flotar.