Cesta
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Se quedó el reloj fijo en una hora
justo a las doce
cuando el sol está más alto
como si levantara el acta notarial de una amenaza
dejando al descubierto sus cartas
y su inexorable regla
<<malo es que el tiempo corra
peor es que se detenga>>
el silencio que dejó al pararse, pesa
más que la fecha exacta que, como todas
será vencida por otra y otra y otra...
hasta quedar borrada de la memoria
pero el silencio, el silencio jamás se borra
queda como un puente imposible
ente dos orillas que se alejan
una inalcanzable, lejana, cada vez más lejana
y la otra es... ahora.