Ahora

17.04.2022

Se quedó el reloj fijo en una hora

justo a las doce

cuando el sol está más alto

como si levantara el acta notarial de una amenaza

dejando al descubierto sus cartas

y su inexorable regla

<<malo es que el tiempo corra

peor es que se detenga>>

el silencio que dejó al pararse, pesa

más que la fecha exacta que, como todas

será vencida por otra y otra y otra...

hasta quedar borrada de la memoria

pero el silencio, el silencio jamás se borra

queda como un puente imposible

ente dos orillas que se alejan

una inalcanzable, lejana, cada vez más lejana

y la otra es... ahora.

© 2016 Álvaro Palacios. P° de la Castellana 79, Madrid, 28046
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