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POR EL CAMINOS DE SANTIAGO
Piedra que ora, siempre
bronce que tañe, silencios
vida que, inagotable
se enreda y enreda continua
e imparablemente
y todo el azul del cielo, todo
lo contempla y acoge
qué silencioso pasa el tiempo
pasa sí, no transcurre
mañana, ayer, siempre
un instante eterno que nunca perece
permanece quieto, permanece
atado a la piedra, al bronce
a la tierra que, es, ha sido y será
fatiga y descanso eterno
de la vida que, inagotable
se enreda y enreda
continua e imparablemente
bajo el cielo
que todo y a todos
acoge.